En
abril de 2020, el cierre de escuelas para frenar la propagación del
nuevo coronavirus afectó a 1.600 millones de niñas y niños en
todo el mundo. Teniendo en cuenta los riesgos de una segunda oleada de
infecciones por SARS-CoV-2, el papel de este cierre en la reducción de la
transmisión, pero también su impacto en los servicios sociales y comunitarios
esenciales, ha de evaluarse críticamente.
El cierre
de colegios y centros de terapia provoca que niños, niñas, adolescentes y
adultos estén dejando de recibir el apoyo escolar necesario y de vital
importancia para promover la salud y el bienestar de las niñas y los niños.
Este colectivo es especialmente vulnerable, y la actual crisis del covid-19 las
sitúa en una situación de riesgo aún más preocupante, todo ello justifica la
necesidad de apoyo “extra” en el ámbito educacional tanto para los afectados en
su educación especial que venían recibiendo como para los hermanos de estos,
que por el hecho de “ser hermanos” de los anteriores ya están sufriendo una
desigualdad ya que todos los recursos se centran en el hijo afectado, es
preciso fomentar la equidad en su atención
|